Campazzo en Tokio 2020: “Deseo ver a una selección que compita siempre a un alto nivel y que deje la vida en todos los partidos”

El argentino Facundo Campazzo, en los últimos tres años ha tenido un ascenso tan vertiginoso en su carrera, que es difícil comparar con cualquier otro jugador. Pasó de ganarlo todo y de ser figura en el baloncesto europeo, a jugar la final de la Copa del Mundo FIBA 2019 en China. Luego, ascendió a la NBA con los Nuggets de Denver, en donde dejó buenas sensaciones en su año de novato y jugó sus primeros playoffs. Ahora se alista para participar sus terceros Juegos Olímpicos en Tokio.

“Siempre es un orgullo y un placer representar esta camiseta. Los olímpicos tienen un gusto especial porque son el techo para todo deportista, es a donde todos quieren llegar. Lo hace especial vivir el día a día en la villa, ver otros deportistas de élite, conocerlos. Eso le da sabor. Estoy contento por tener otra oportunidad de estar acá, es un privilegio y un orgullo. Esto de representar a tu país conlleva una responsabilidad, una cierta presión, pero siempre voy con la mentalidad de que esa presión sea algo positivo, no que pese, que sea algo que pueda disfrutar día a día con mis compañeros”, soltó de entrada el base cordobés.

 

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“Facu” conversó mano a mano con FIBA, como previa al magno evento deportivo. Contó acerca del trabajo con la selección argentina y esto nos dijo:

“Nos sentimos bien. Aún creo que nos falta. En este punto del proceso se ven muchos errores y bienvenidos sean porque para eso es esta parte de la concentración. Lo importante es ser inteligentes y corregir esos errores durante la marcha en los amistosos, en los entrenamientos, pero este es un equipo que la mayoría venimos jugando juntos hace varios años, venimos formando una identidad. Lo pudimos demostrar en el mundial pasado. Estos amistosos nos han servido mucho para seguir creciendo como equipo. Si queremos seguir compitiendo tenemos que mejorar, tenemos que subir de escalón a nivel de grupo, así que es un desafío, pero acá estamos para hacer cosas difíciles”, comentó el jugador de 30 años de edad, acerca de los recientes partidos de fogueo en Las Vegas, contra las selecciones de Australia, Nigeria y Estados Unidos.

 

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En el evento de Tokio, que se jugará del 25 de este mes al 7 de agosto, Argentina forma parte del Grupo C y allí se enfrentará a Eslovenia (26 de julio), España (29) y Japón (1° de agosto). Los dos mejores avanzarán a los cuartos de final. Nunca el torneo olímpico ha sido sencillo pero el conjunto sudamericano ha tenido la particularidad de crecerse cuando más se le exige, así que cualquier cosa se puede esperar y más con tantos rivales de calidad.

“No voy a hablar de resultados pero si voy a decir que vamos a ser un equipo que va a competir, que desea llegar a su mejor versión durante el torneo y si esa mejor versión viene con buenos resultados, mejor aún, y si no, seguiremos trabajando para el torneo que venga. Pero en lo personal deseo ver a una selección que compita siempre a un alto nivel y que deje la vida en todos los partidos, que se divierta y que compita siempre con una sonrisa en la cara porque cuando uno juega feliz es cuando mejor juega, por lo menos en mi caso. Cuando estoy contento y a mi alrededor está todo bien es cuando más tranquilo y más confiado juego”, aseguró.

El armador es uno de los de más experiencia en el plantel argentino, pero a su lado estará Luis Scola. El histórico ala pívot va a sus quintos JJOO y Campazzo, pese a todo su bagaje, continúa disfrutando cada instante al lado de “Luifa” a quien sigue admirando como en su primer día con el equipo nacional.

“Es un privilegio tenerlo. La verdad nosotros esperamos que no se retire porque nos da cosas que muy pocos jugadores nos pueden dar y en este equipo solamente lo tenemos a él. Entonces tenemos que aprovechar, seguir siendo alumnos, estudiantes y aprender todo el tiempo de él. No porque estemos jugando en Europa, la NBA y de más, ya sabemos todo, al contrario, tenemos un jugador de semejante calibre y hay que intentar absorber todo lo que él nos brinda, desde lo que habla, lo que trabaja, cómo afronta un partido o como se dirige a la prensa. Esas son maneras de enseñar que él tiene y quizás no se da cuenta. Sin él no hubiésemos tenido el mundial que tuvimos”.

El éxito personal, de la mano con el equipo nacional
En la última década, el jugador de 1,78 metros de estatura casi nunca se ha ausentado en competiciones con su selección nacional y considera que todo ese roce internacional le ayudó para llegar al sitio en el que se encuentra hoy. Eso le abrió las puertas para jugar en el máximo nivel en Europa y ahora en la NBA.

“Esos torneos me ayudaron mucho porque de por sí estaba vistiendo la camiseta de la selección. Los torneos como la AmeriCup son de un nivel muy alto y si toca jugarlo con un público visitante es difícil siempre ganar. Nos ha pasado también al contrario, en la última AmeriCup que se hizo en Córdoba lo disfrutamos mucho por el ambiente que se vivió ahí. No pudimos conseguir el título pero eso habla del nivel que tiene cada selección rival, la concentración de cada jugada. No hay favoritos nunca y eso lo hace muy especial”.

Con respecto a su experiencia en la considerada mejor liga del mundo, dijo que lo ha ayudado a conocer aún más su juego.

“En la NBA, en los entrenamientos a nivel individual de fundamentos, son los mejores del mundo. Están en cada detalle para mejorar tu juego. Se estudia mucho el nivel individual para después aplicarlo a nivel colectivo. Mi primer año me ayudó mucho a ver lo que tengo que mejorar para poder aplicarlo a los partidos y ayudar a mis compañeros a conseguir victorias. Son aspectos tácticos y detallados que me hacen ser un jugador más completo”.

Ahora que lo palpó en carne propia, Campazzo explicó que sí se notan las diferencias entre la NBA y el baloncesto FIBA, pero está preparado para hacer los ajustes, sobre todo en la parte mental.

“Es un poco diferente. En América, en los torneos FIBA, si es verdad que se permite más, es más físico, más difícil para penetrar. Muchas veces no te dejan hacer tu juego tranquilo, siempre tienes a un defensor presionándote todo el tiempo, tanto individual como colectivamente. Muchas reglas son diferentes, entonces esas cosas cambian, pero el juego físico es lo más caracteriza en estos torneos FIBA. Estoy acostumbrado y me gusta mucho estar preparado mentalmente para esas cosas”, finalizó.

FIBA



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